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Experiencias autogestivas de Mendoza: «El buen vino lo producen las cooperativas»
(ANSOL).- La Fundación La Base realiza desde hace cuatro años un trabajo sostenido de financiamiento a colectivos de trabajo de Mendoza. Experiencias productivas y autogestionadas que se destacan por su mirada política y agroecológica, su vínculo con la tierra y una fuerte impronta de género.
Experiencias autogestivas de Mendoza, apoyadas por La Base
«Cuando conocimos a Crece desde el Pie nos quedó resonando su lema: ‘Unidos en la lucha y el trabajo’. Fue una hermosa presentación de este colectivo. Nos compartían también su profundo trabajo y visión sobre la relación que tienen con la tierra y la producción agroecológica», contó Maximiliano Aguilera, integrante del equipo de proyectos de La Base, sobre el primer contacto con este grupo de productores y productoras; uno de los principales con los que trabaja La Base en Mendoza.
De Mendoza, suele decirse que es la tierra del sol y del buen vino, pero poco se dice de todo el entramado de negocios y concentración de la tierra que hay detrás de esa bebida. La multimillonaria producción vitivinícola de algunos monopolios se sostiene con el trabajo de miles de trabajadores y trabajadoras que cosechan la uva por unos pocos pesos. Los grupos asociativos y cooperativas de este rubro denuncian estas condiciones de trabajo y lograron conseguir parcelas propias que cultivan y trabajan de manera autogestionada, evidenciando un ejemplo alternativo de producción no sólo de vino, sino de otros productos agroecológicos.
En esta provincia La Base co-construyó con las trabajadoras y trabajadores, y financió más de 15 proyectos de inversión. En agosto último, presentó en su comité de créditos dos nuevos financiamientos solidarios.
«Una de las principales experiencias de Mendoza es Crece desde el Pie, en el fértil Valle de Uco, departamento de San Carlos. Este colectivo tiene más de quince años y está compuesto por 90 familias que cultivan y producen hasta 60 productos. Su pulpa de tomate se comercializa en todo el país, por almacenes cooperativos, y es realmente deliciosa. Hacen vinos, mermeladas, conservas y diversos productos que, ni bien los probás, te das cuenta de que son distintos. Son una cooperativa que agrupa a diversos grupos productivos de base», explicó Aguilera y agregó: «Tienen una fuerte impronta militante y la mayoría son mujeres. También organizaron un local de venta de sus productos».
Vinos Ramona es una cooperativa vitivinícola, con una formación más reciente y que se destaca porque cultivan su propia parcela de tierra y, con sus uvas, hacen vino agroecológico de una muy buena calidad. Ayllú es otro colectivo de mucha más historia en este rubro, que además hacen cultivos de fruta que transforman en jugos en su «fabriquita», como la llaman.
En la ciudad de Mendoza, las experiencias son múltiples. El Almacén Andante es un grupo asociativo que comercializa distintos productos de la economía social; cobró gran relevancia en la pandemia, por organizar repartos con sus vehículos y, en el momento más acuciante del aislamiento, llegaba a todas y todos los que le hacían pedidos. «Con elles hemos hecho cinco proyectos de financiación. Aportamos a la compra de productos centrales como yerba para que tengan en stock y se protejan relativamente de la inflación constante. Estudiamos juntes sus ventas y planificamos compras adelantadas para mejorar sus márgenes», explicaron desde La Base.
Espejos de Mundo hace juguetes únicos desde una perspectiva de promoción del cooperativismo. En este marco, organiza «noches de juegos» con las familias para además de divertirse en estos eventos, las y los consumidores les compartan ideas o sensaciones que les generan los juegos, que son luego insumo para nuevas creaciones. Comparten con el Almacén Andante «La casita colectiva», un espacio con diversos grupos que organiza la cooperativa «La Chipica«.
«Mujeres de Pie es uno de los colectivos que conocimos recientemente. Una enorme historia de organización y lucha de estas mujeres que se acercaron para que las acompañemos a financiar insumos para la producción de conservas. Armamos un proyecto común con dos colectivos amigues de las Mujeres de Pie, que son les ‘Cerrilleros’ e ‘Hj@s del Pueblo‘, que también hacen conservas», detalló Aguilera.
La Mutual La Nosotredad, organización de finanzas solidarias feministas, es una experiencia a destacar de la provincia. Conformada por mujeres con muchísima trayectoria que luchan «por la igualdad de oportunidades y derechos para todas las mujeres. Desde el acceso al trabajo hasta la autonomía económica y la inclusión financiera, intentando eliminar barreras que limitan el acceso a sus derechos». Fundación La Base recientemente comenzó un proceso de transferencia metodológica para compartir con ellas conocimientos sobre diversos aspectos de la economía social, solidaria y popular y finanzas solidarias.
La heterogeneidad de estas experiencias colectivas muestra el potencial y la riqueza que hay en todo el territorio nacional. En este contexto adverso para el sector cooperativo, muchos de estos grupos comenzaron recientemente un proceso de articulación con reuniones presenciales para explorar proyectos y estrategias comunes para este momento.
Desde la perspectiva federal, cooperativa y feminista, al igual que en otras regiones del país, desde La Base «se busca continuar acompañando y financiando estos proyectos y apostando a que una economía cooperativa, justa y de producción agroecológica sea posible».