(Ansol).- El jueves pasado se realizó la jornada de formación y debate, con la presencia de Pablo Cangiano de la Cooperativa Social Duemilauno de Italia, organizada por la Universidad Nacional de Quilmes y el programa Crees-Icotea (Construyendo Redes Emprendedoras en Economía Social), junto al Observatorio de la economía social y solidaria.
Durante el seminario se debatió sobre la organización cooperativa de los servicios de salud en situaciones de encierro, como penales, asilos y manicomios, y el rol que le destina el Estado a las empresas sociales para el desarrollo de las actividades y funcionamiento a su interior.
“Conocerlas fue una experiencia muy rica, porque nos compara con una realidad muy diferente, porque es un sistema público no estatal. Cómo es Estado que detecta y tiene que resolver las necesidades que van emergiendo, resuelve no hacerlo por sí mismo, sino generar espacios para el sector cooperativo, para trabajar con población vulnerada, como niñez, vejez, discapacidad. Así surgen cooperativas de tipo A, que dan servicio de asistencia, toman estas problemáticas y cada sector se encarga de generar proyectos cooperativos. Están muy lejos de lo que estamos nosotros”, dijo a este medio, Federico Bejarano, miembro de la cooperativa La Huella, que trabaja con internos del Hospital Borda.
Argentina cuenta con algunas cooperativas de servicios, donde La Huella se caracteriza por ser la primera en trabajar con pacientes psiquiátricos.
“Por un lado es muy estimulante que se puede organizar el sector de servicios a partir de lo cooperativo. Luego uno entiende que hay una diferencia entre ambos países, y hay que generar la propia experiencia. Además, las empresas sociales debemos salir del sector salud y tenemos que trabajar dentro del sector cooperativo, tenemos que meternos en las federaciones y trabajar todos juntos”, concluyó Bejarano a Ansol.