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Uruguay sin agua: «En el Gobierno de Lacalle Pou dicen que se puede tomar, pero es muy peligroso»

Lo aseguró Martín Sanguinetti Pardo, uno de los investigadores de la Cooperativa Comuna, que desde el 2020 alerta sobre la crisis hídrica. En Montevideo, de las canillas, el agua sale salada y los calefones dejan de funcionar.

14 de julio de 2023, CABA (Ansol) – Uruguay enfrenta la peor crisis hídrica de su historia. Así lo aseguraron científicos, cooperativistas y ambientalistas, quienes vienen alertando desde el 2020 que esto iba a pasar: al abrir las canillas o prender la ducha, el agua que llega por la red de Obras Sanitarias del Estado (OSE) sale salada. Esto, que hoy afecta principalmente a la Zona Metropolitana de Montevideo, no solo trae problemas de salud sino de bolsillo, ya que se rompen los calefones por el nivel de sodio y no todos tienen plata para comprar bidones.

Uno de los espacios que viene alertando por la situación hídrica es la Cooperativa Comuna, surgida en 2014 y que está integrada por seis economistas y contadorxs que trabajan con organizaciones sociales, solidarias y sindicatos proveyendo informes y formación sobre la realidad social, política, económica y medioambiental de Uruguay. Uno de sus integrantes, Martín Sanguinetti Pardo, habló en exclusiva con ANSOL sobre el drama que se vive hoy en el país vecino.

Uruguay sin agua
Uruguay sin agua – Lacalle Pou

Ansol.- ¿Hay una forma sencilla de entender qué está pasando con el agua en Uruguay?

Sanguinetti Pardo.- Hay muchas muchas visiones, porque el Gobierno (de Luis Lacalle Pou) tiene una postura un poco extraña y peligrosa porque el agua implica la salud de las personas. Básicamente lo que está pasando hoy, el diagnóstico es que hace un poco más de dos meses que no hay agua potable en la zona metropolitana de Montevideo. Eso implica que hay agua, que sale por las canillas, pero tiene unos niveles de sodio que están muy por encima de los establecidos por los organismos internacionales y, además, en Uruguay también fueron cambiando la normativa para para decir que en realidad el agua era potable. Estamos hablando de algo que afecta al 60% de la población, con agua que tiene los niveles de sodio que son muy preocupantes.

A.- ¿Pero por qué el agua sale salada?

SP.- Técnicamente lo que sucede es que la zona metropolitana de Uruguay sólo tiene una toma de agua dulce, que es el río Santa Lucía y anterior a esa toma hay un embalse, llamado Paso Severino. Lo que pasa es que el embalse guarda el agua dulce, pero a su vez hay un dique para que la sal del Río de la Plata no pase y la toma del embalse siempre tenga agua dulce. Lo que que están haciendo ahora es (como no alcanza el agua de Paso Severino en la reserva que tiene) mezclar agua dulce con la del otro lado del dique, que es salada. Y en la medida que hay menos reserva de agua dulce, se deja pasar cada vez más agua salada. Con las lluvias mejoró un poco la situación, pero el nivel de sodio sigue siendo enorme.

Uruguay sin agua
Cooperativa Comuna

A.- ¿Y el Gobierno de Lacalle Pou qué posición tiene ante la crisis?

SP.- El Gobierno en vez de pararse y decir ‘estamos ante una situación de crisis hídrica, no beban esta agua‘, justamente lo que hace es ocultarlo e incluso, este miércoles, salió la ministra de Economía (Azucena Arbeleche) diciendo que ella ‘toma agua de la canilla y que no le pasaba nada’, lo cual son señales que no son creíbles, pero sobre todo son señales realmente peligrosas porque justamente la población que menos puede cubrirse ante estos problemas es la población más pobre.

A.- Claro, uno supone que la clase media y alta tiene bidones de agua para tomar…

SP.- Hubo un poco de escasez, porque las personas que podían acaparar grandes compras lo hicieron y hubo al principio un shock. Pero hoy día hay bidones para comprar agua y el precio no se disparó. Incluso el Gobierno tomaba medidas que también son muy criticables para bajar el precio de los bidones y bueno, no estaría siendo un problema hoy la falta de lo del bidones o precios excesivos. Pero insisto: el agua de OSE sigue siendo el principal uso de consumo de las personas y está saliendo por el grifo agua no potable. La Facultad de Medicina ha presentado informes de que no se puede tomar, porque puede generar problemas en la salud y hay población que ya es vulnerable al sodio.

A.- ¿Y qué hay de cierto sobre que se disparó la reparación de calefones?

SP.- Es el otro inconveniente en Uruguay, porque la mayoría de la gente calienta el agua para bañarse con calefones eléctricos y también ha habido grandes roturas. Porque son de resistencia y el contacto del sodio con la resistencia hace que se rompan, lo que genera gastos que ni están cuantificados.

Uruguay sin agua
Uruguay sin agua

A.- En Argentina llegan dos posturas: que el Frente Amplio pudo haber hecho las obras pero las inversiones fueron a otros proyectos (como el Estadio Antel Arena) y, por otro lado, que Lacalle asumió con un proyecto de obra hídrica ya aprobado pero que a tres años de gestión no ejecutó. ¿Cuál es la posición de ustedes?

SP.- Los problemas de agua y saneamientos son temas que no han estado la agenda de los gobiernos. La última gran inversión que hay en agua es Paso Severino, que es de 1984, es decir, la diseñaron en la dictadura cívico militar, pero que en realidad era un proyecto que venía desde la creación de la OSE en 1952. Es decir, el agua suele tener inversiones en momentos críticos. Hay una catástrofe y luego hay una inversión y así han funcionado los sistemas de agua en Montevideo. En el resto del país hubo una gran inversión en los 90, relacionada a llevar agua potable donde antes no había y después no hubo mucho más. En Uruguay el agua siempre estuvo muy bien en relación a la región, siempre tuvo tasa de cobertura elevadas y siempre fue de buena calidad, todo el mundo tomaba agua de la canilla sin miedo hasta los 2.000. El Frente Amplio avanzó mucho en inversiones de saneamiento, pero a las obras hídricas las dejó de lado. Hay un par de inversiones que no son tan caras y datan de 1960. En Montevideo podrían llegar 100 litros de agua, pero a la canilla llegan 50, por pérdidas por falta de obras o roturas de caños. Y el Frente Amplio en 2015 dejó de lado el plan de obras e hizo recortes, y eso fue un riesgo. Y el Gobierno de Lacalle recortó arriba de los recortes, fue mucho más severo. En OSE deberían trabajar 5.500 personas, y hoy hay unas 3 mil, lo que genera que cuando se rompe un caño, hay una cuadrilla que ya tiene otros diez para arreglar. Esto sumado a que la propuesta de Lacalle es la de privatizar, hizo un proyecto de licitación en medio de la crisis, que es el Proyecto Arazatí que implica tomar agua del Río de la Plata. Es carísimo, de mil millones de dólares, que tiene riesgos por el tipo de agua del Río de la Plata y que estará recién en tres años. Además, solo abastecerá al 20 por ciento de la población, no es una solución definitiva.

A.- Y hablando de privatizar, ¿no existen alternativas, que tengan en cuenta a las cooperativas de servicios públicos?

SP.- En Uruguay hubo un plebiscito en el 2004, que tiene dos patas. Por un lado, tiene una una pata estatista porque en el artículo 47 dice explícito que los proveedores de agua y saneamiento tienen que ser empresas jurídicas estatales. En Uruguay hubo experiencias de cooperativas de agua, que siguieron coexistiendo porque hay en lugares donde no había cobertura, entonces ahí lo que se hizo fue que un grupo de trabajadores gestione un pozo, por ejemplo, pero luego la cobertura de OSE llegó a cada rincón y esas cooperativas fueron desapareciendo. Pero el otro punto es que existe una Comisión Nacional del Agua y la Vida junto con la OSE e integrada por cooperativas, organizaciones sociales, sindicatos donde se debería debatir cómo resolver los problemas. Y hubo denuncias ante la Corte Suprema porque claramente esto no se está cumpliendo. Lo que está pasando ahora debería ser discutido en órganos cogobernados y sin embargo hay un secretismo enorme sobre las decisiones que se toman.

A.- ¿Hay salida ante esta situación?

SP.- El mapa hídrico de Uruguay tiene acuíferos, tiene miles de ríos, cañadas, y sin embargo, desde el año 2020 se sabía que esta escasez nos iba a llegar. En octubre del año pasado decretaron la crisis hídrica para el sector agrícola y se tomaron medidas, y sin embargo para el consumo humano se ignoró. Entonces ahora estamos en este problema, pero en realidad se podrían haber ido implementando medidas para que la canilla no tenga sal, o sea, podrían haber hecho medidas con un plan. Eso fue ignorado y ahora estamos ante un caos. Pero con un cronograma serio de obras se puede solucionar.