24 de enero de 2023, CABA (Ansol). –Desde el año 2015 existe en Mar del Plata, en la Costa Atlántica bonaerense, una escuela cooperativa que funciona en el primer edificio sustentable de esa ciudad balnearea. Se trata de la Escuela del Mar, que hoy tiene 67 alumnos y nueve docentes, quienes acaban de lanzar una campaña de donaciones para poder terminar el piso del colegio.

La historia dice que la Escuela del Mar en realidad fue una idea nacida en 2013, que dos años después pudo hacerse un hecho. Hoy está integrada por familias y docentes que buscan construir de manera autogestiva y comunitaria un proyecto de educación alternativa para sus hijos, «basado en la educación artística, ambiental y cooperativa», explican en sus redes sociales.

Noelia García, integrante de la cooperativa y madre de uno de los alumnos, explicó ante la consulta del ANSOL que la Escuela del Mar es una institución «experimental» que nació acompañada de la entidad de gestión estatal «Roberto Themis Speroni«, de La Plata, donde los chicos no van con guardapolvos, ni hay puputres ni sanciones, por lo que se trata de una educación horizontal. Por ejemplo, en este colegio de Mar del Plata los alumnos realizan sus actividades en el suelo y en contacto con la naturaleza.

«Nosotros fuimos un anexo del Speroni, pero cuando asumió (la ex gobernadora) Maria Eugenia Vidal al frente de la Provincia, al instituto no le permitieron tener más anexos y nos quedamos sin un marco legal, por lo que hoy estamos a las corridas para presentar papeles y nos vinculamos con FACEABA (Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza de Buenos Aires)», contó García. El objetivo es lograr cuanto antes ser reconocida como una Escuela Pública de Gestión Social.

A pesar de los vaivenes, la Escuela del Mar funciona a 1 kilómetro de la Playa La Paloma, en el sur de Mar del Plata, donde construyó el primer edificio escolar sustentable de la ciudad. Se trata de una locación de 650 metros cuadrados hecha de madera, barro y ecoladrillos (también conocidos como botellas del amor). «Todo fue hecho por las familias, con nuestras propias manos, siguiendo un diseño de bioclima. La escuela se construyó teniendo en cuenta el uso del sol para los días de inviernos, el uso del viento y la sombra en verano y también recolectando y almacenando agua de lluvia«, explicó García sobre el ambicio proyecto.

Hoy la escuela se sostiene gracias al aporte y trabajo de las propias familias. La integrante de la cooperativa remarcó que «no se cobra una cuota, sino un aporte familiar, donde se analiza cada caso, la cantidad de hijos, la realidad de los padres, y en base a eso se establece el aporte«. Pero además, la propia institución produce alimentos y juguetes didacticos que los padres y madres pueden vender y de allí conseguir el dinero para el colegio.

Ahora, al desafío de lograr el marco legal, se le suma el de comprar todos los materiales para tener un piso de madera y semiflotante para los chicos. «Hoy el piso es de cemento, y es el lugar donde trabajan los chicos, por eso necesitamos cambiarlo y por eso estamos necesitando juntar el dinero«, indicó García.

El objetivo de la cooperativa es reunir 2000 donaciones de $1000, y las mismas se pueden realizar en efectivo (para quienes vivan o estén en Mar del Plata, contactando a las familias acá) o transfiriendo el dinero a la cuenta corriente del Banco Provincia bajo el alias ESCUELA.DEL.MAR.