8M: trabajadoras somos todas

Columna de opinión.

El 8M es fundamentalmente un día de lucha. Es un día de encuentro, en el cual visibilizamos las desigualdades que nos atraviesan a mujeres y diversidades sexuales en el mundo del trabajo. Pero también es el día en el cual visibilizamos la potencia y la organización feminista en las calles y en el espacio público.

Cada 8M es también un día en el cual recordamos a las que ya no están, pero que fueron pilares fundamentales para nosotras, para nuestras luchas. Como cooperativista, es un día en el cual hacemos visible que las cooperativas son herramientas de transformación social y de ampliación de derechos, porque somos una alternativa viable para la generación de trabajo y, por ende, para la autonomía económica de mujeres y diversidades sexuales.

Las cooperativas y las organizaciones de la economía social, solidaria y popular nos emparentamos con las luchas feministas por las maneras que tenemos de organizarnos, la circulación de la palabra, la democracia participativa, la distribución equitativa de lo que generamos colectivamente, el arraigo territorial y la empatía hacia lo que sucede en la sociedad como conjunto.

Las cooperativas, además de tener un propósito por sí mismas, son conformadas por grupos de personas que tenemos a la vez incidencias en el territorio. Tenemos participación en las comunidades y trabajamos mancomunadamente en red con otras organizaciones. De igual manera, las mujeres y diversidades abordamos en nuestros territorios la importancia de trabajar con otras, en solidaridad y cooperación.

Este 8M es un día muy especial, en el cual nos organizamos, revalorizamos y potenciamos las luchas de mujeres y diversidades sexuales, en clave del trabajo. Lo mismo hacemos con nuestras organizaciones cooperativas, para las cuales también salimos a poner el cuerpo en la calle, mostrando que otras prácticas económicas, políticas y sociales son posibles, porque la solidaridad es posible

Es un 8M diferente porque hoy tenemos un Gobierno que desde la campaña electoral nos ha tratado como sus principales enemigas. Las mujeres, las diversidades, las luchas feministas vivimos la peligrosidad de que esta persona haya llegado al Gobierno. Y una de las primeras cosas que hace es avasallar nuestros derechos; querer avanzar sobre conquistas de derechos que descansan en luchas de mujeres y diversidades de muchos, muchos años.

No solamente es el avasallamiento de nuestros derechos conquistados poniendo el cuerpo en la calle, sino también la utilización permanente de discursos de odio, descalificándonos como personas al punto de llamarnos asesinas, generando violencia desde sus posicionamientos en las redes.

Esa violencia está mayormente dirigida hacia nosotras que somos las mujeres. Somos las que en un contexto de crisis como el que hoy nos toca vivir, las que estamos en el frente de batalla todos los días atendiendo esas necesidades como lo hacen las cocineras de comedores comunitarios, ante una total desidia estatal.

Es un 8M muy especial, con una importante movilización y concentración de mujeres y diversidades en la plaza del Congreso. Y nos implica también asumir cuidados. Porque esos discursos de odio y esa violencia también se ve trasladada a las posibles órdenes que un Ministerio de Seguridad puede llegar a dar a la fuerza de seguridad.

Es un 8M muy especial porque las mujeres y diversidades decimos que nos tienen miedo, porque no les tenemos miedo. Vamos a seguir luchando por los derechos de las mujeres, de las diversidades y del resto de la sociedad porque nos hacemos carne de todas las luchas y de todas las problemáticas que se van dando en la sociedad. Un abrazo fuerte a todas las compañeras cooperativistas y del sector de la economía social, solidaria y popular, con las cuales, cotidianamente luchamos por un mundo más justo y más solidario.