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En Textiles Pigüé, sabemos que nadie se salva solo

El periodista y asociado fundador a la Cooperativa de Trabajo La Masa Ltda. Manolo Robles, es también parte del equipo comunicacional de la Empresa Recuperada bonaerense Textiles Pigüé. En esta oportunidad, escribe para Ansol una reseña especial del recorrido de la experiencia en el aniversario número 20 de su recuperación.

(ANSOL). –Al cabo de 20 años de trayectoria, Textiles Pigüé confirma la capacidad de la clase trabajadora argentina de sostener su dignidad y sus derechos incluso ante coyunturas muy adversas. Somos de un colectivo de más de 170 trabajadoras y trabajadores asociadas y asociados a la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé.

La organización supo reactivar y adquirir en apenas 20 años de historia una planta industrial de 25 mil metros cuadrados, junto con máquinas y mobiliario que amplió y modernizó, para dar forma a una empresa que hoy genera cantidades de puestos de trabajo y de actividad económica, difíciles de empardar y superar por el resto de las empresas radicadas en el pueblo de casi 20 mil habitantes que la cobija y le da nombre.

Valen algunos números recientes respecto de dimensiones y evolución de «Textiles«, como la llamamos en el pueblo grande del sudoeste bonaerense: el monto de lo invertido en retiros (salarios) pasó de 9,3 millones mensuales en enero de 2022 a 36 millones en agosto de 2023. Tal incremento obedece a la decisión de aplicar el de la inflación del mes anterior como porcentaje de suba básica del retiro del mes siguiente.

Tal decisión no impidió que en ese mismo período se haya continuado con la incorporación de maquinaria de primera línea, como por ejemplo la caldera Gonella, que llegó en octubre pasado tras un desembolso de 145 millones de pesos y que ante ojos de neófitos en materia de producción industrial parece un transbordador de esos que se lanzan desde cabos cañaverales varios.

En Textiles Pigüé, sabemos que nadie se salva solo

Más producción

Pero no, las calderas son el corazón que irriga el vapor necesario para el funcionamiento de los procesos industriales que se realizan en la fábrica, que al sumar la Gonella está en condiciones de llevar a 500 toneladas mensuales su potencial productivo, que así es casi el doble del que se tenía cuando la planta estaba en manos privadas.

Desde la salida de la pandemia, en Textiles Pigüé aprovechamos la reactivación general del sector textil para sumar maquinaria e infraestructura, que garantiza «tener una fábrica para los próximos 20 años«, según resumió Marcos Santichia, presidente de la Cooperativa, en el marco de la conmemoración del Día de la Industria, a principios de septiembre del año pasado.

En aquella ocasión, se abogó también por políticas que promuevan el desarrollo industrial y sean sostenibles en el tiempo, porque «si a estas inversiones que hicimos le pudiéramos sumar un ciclo de por lo menos 10 años de estabilidad de estas políticas, nuestras posibilidades de crecimiento serían mucho mayores».

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Marcos Santicchia, presidente de Textiles Pigüé, durante la celebración del 20° aniversario. Ph Gentileza Municipalidad Saavedra-Pigüé.

Siete meses después, el panorama dista del que se anhelaba y las posibilidades de crecimiento chocan con la alocada motosierra que empuña el Gobierno Nacional. Y en vez de avanzar hacia la duplicación de la producción mensual, el volumen de telas procesadas en la empresa recuperada bajó a casi la mitad del de fines de 2023.

Pero en Textiles no es nuevo lo de capear temporales de neoliberalismo salvaje a la criolla. El de fines del siglo pasado y comienzos del actual fue el que derivó en la incorporación de la planta de Gatic, en Pigüé, al Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER). El iniciado a fines de la década pasada, con la fábrica ya en manos de trabajadoras y trabajadores, devino en la consolidación de premisas que hoy se vuelven a priorizar ante el salvajismo libertario con el que recrudecen las amenazas y ataques a la industria nacional.

«Ni el mercado ni los humores de los gobernantes decidirán nuestra suerte como trabajadores«, es una de esas premisas que Francisco Martínez, director y referente de Textiles Pigüé, reafirma periódicamente y «nos permite caminar con certidumbre», aún en contextos como el actual.

Otro de los conceptos que oficia de guía es el de siempre vincular el camino de crecimiento de la producción y de la generación de ingresos con la recuperación de derechos para quienes lo sostienen con su esfuerzo cotidiano.

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Mejores condiciones laborales

Es por eso que, en el mismo período en que se invirtió en lo necesario para poder duplicar la capacidad productiva, se generaron y continuaron acciones y proyectos en favor de mejores condiciones laborales y una mejor calidad de vida para el conjunto de trabajadoras y trabajadores, entre los que resalta por su volumen la adquisición de un terreno de 10 hectáreas destinado a la construcción de viviendas.

A esto, se sumó la creación de un Espacio de Cuidado Infantil en el predio de la planta industrial, surgido por iniciativa de las compañeras que promueven la igualdad de género con diversas actividades; y al de la ampliación de la superficie destinada a la huerta agroecológica con el propósito de multiplicar la provisión de verduras y frutas al comedor de la planta, a las asociadas y asociados y a entidades locales como la Escuela Especial; y de potenciar la creación de conciencia respecto de la importancia de una buena alimentación.

En el mismo propósito de recuperar derechos, se enmarcan la adecuación de un espacio de la planta industrial, para consultas médicas y de enfermería; la incorporación de una psicóloga social y de una trabajadora social; las jornadas de capacitación en higiene y seguridad; la proveeduría interna de alimentos y artículos de primera necesidad; las inversiones para reducir el impacto ambiental de la actividad industrial, como la volcada a la remodelación de la planta de efluentes líquidos; los convenios con entidades locales, para promover el acceso de los trabajadores y trabajadoras a las artes y la cultura; y la interacción permanente con escuelas y clubes.

También orienta -y tal vez sintetiza- el pensar y hacer cotidianos una firme convicción: «compartir«; añadido al «ocupar, resistir, producir«, consigna fundante del Movimiento de Empresas Recuperadas. Ese compartir se pretende y practica más allá de las puertas de la fábrica. De esto pueden dar cuenta trabajadoras y trabajadores de todo el país, acompañados y respaldados por Textiles Pigüé en las buenas y en las malas; y que sienten acompañamiento y respaldo despojados de segundas intenciones y especulaciones.

«Hacemos lo que nos pidieron que hagamos quienes nos acompañaron y nos mostraron un camino cuando nos quedamos sin trabajo, cuando nos desalojaron, cuando nuestras familias se fragmentaban«, remarcamos en la empresa recuperada del sudoeste bonaerense, en la que se sabe que nadie se salva solo, que nadie se realiza en una comunidad que no se realiza.

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En Textiles Pigüé, lo mejor está por venir

Lo aprendieron de quienes valoran a partir de su propia experiencia, entre los que se cuentan algunos cuya ausencia física hoy se lamenta profundamente, como el Vasco Abelli, como Néstor Kirchner, como Hebe de Bonafini.

Lo aprendieron también de la historia, de sus ejemplos de profundo compromiso con esto del compartir, como el de las y los 30 mil desaparecidos por una dictadura genocida que hoy se reivindica desde el mismo Gobierno que ataca la industria, rifa el patrimonio nacional, destruye el Estado y obliga a multiplicar los esfuerzos para defender y extender ese otro modelo de desarrollo económico y social; ese otro modo de organización de la sociedad, esa otra filosofía de vida que en Textiles Pigüé se honra con cuerpo y alma para proyectarla al futuro, para seguir sosteniendo que lo mejor está por venir.