(ANSOL).- La elección se llevó a cabo en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) los días 28, 29 y 30 de mayo en un contexto de desprestigio de la actividad política, más de 3.000 estudiantes participaron de la misma generando un record de actividad electoral para la joven universidad del sur de la provincia de Buenos Aires. Lo que estaba en elección se elegía qué agrupamiento conduciría cada uno de los seis centro de estudiantes que existen dentro de la universidad.

Si bien los distintos espacios que competían expresaban ideas nacionales y populares, tanto peronistas como progresistas, quedó en claro que «la juventud» no está ganada por las ideas que representa el discurso libertario que está en boga. En ese sentido, la agrupación Somos UNDAV en el transcurso de los últimos años puso sobre la mesa de debate la defensa de la universidad pública y el sistema científico, pero también las reivindicaciones de la economía popular: las políticas alimentarias que garantizan la comida en los barrios a partir de los comedores populares, las políticas de quienes se inventan su propio trabajo organizándose en cooperativas. El vínculo entre los barrios y la universidad fue tomando valor a partir de charlas y capacitaciones sobre cómo armar cooperativas, haciendo foco en cómo organizar el trabajo de quienes están estudiando o de quienes se gradúan. También ha realizado ferias de la economía popular, en las que se convoca a organizaciones y estudiantes.

Los dos primeros datos, la masividad y la expresión ideológica de la misma, no son menores si además se los pone en contexto: pocas semanas atrás el sistema universitario argentino en su conjunto protagonizó una de las movilizaciones en términos cuantitativos más grandes de la historia. Movilización que levantó las banderas de universidad pública, gratuita, de calidad, garantizada y financiada por el Estado. En Argentina, la participación política estudiantil tiene una larga historia. Invocar esa participación remite a la Reforma Universitaria de 1918, al Cordobazo en 1969 o a la ebullición que produjo el ataque que el ministro de economía Ricardo Lopez Murphy realizara al sistema universitario en el año 2001 generando la toma de edificios educativos y movilizaciones que lo inyectaron del cargo a los pocos días de haber asumido. Seguramente, además de las particularidades y virtudes de quienes les ha tocado protagonizar la reciente elección estudiantil, la masiva participación debe inscribirse en lo mejor de dicha tradición de participación política universitaria.

En este sentido, Somos UNDAV como fuerza que respalda a la gestión actual de la universidad, se queda con 4 de los 6 centros de estudiantes y alrededor de un 60% de los votos totales, ampliando su base de representación, dado que antes contaba con 3 de los 6 centros de estudiantes. También ha conseguido la minoría por primera vez en la facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.

Estudiantes presentes en la elección expresaron a Ansol que «Fueron las ollas populares, ferias de apuntes, campañas de salud, talleres para la preparación de exámenes, la efectiva solidaridad con quienes sufren y luchan contra las políticas llevadas a cabo por el gobierno de Milei, son parte de una agenda que ha sido valorada por los estudiantes universitarios. Estudiantes que no llegan a fin de mes, que tienen trabajos informales, que se las rebuscan inventándose su propio trabajo son el sujeto que intentan expresar.»

En un contexto en el que la mayoría de las agendas políticas han dejado de interpelar a la sociedad, representa para el sector un nuevo desafío el poder expresar la representación desde la mirada transformadora de la economía popular. Mecanismo de organización política y gestión que distintos espacios universitarios están llevando a cabo en distintas universidades del país.