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Se realizó el 4to Encuentro de Nuestra América con eje en la educación como práctica liberadora

(Ansol).-  El 4to Encuentro de Nuestra América (ENA) se realizó los días 12 y 13 de junio en la Universidad de Brasilia, en la que se debatieron experiencias y estrategias de cambio y transformación pedagógica a lo largo de América Latina.

“Es un encuentro que de a poco va encontrando sus elementos comunes, y en este año se planteó entender la educación como práctica política y emancipatoria, empezar a pensar ese concepto, que no es nuevo, pero entender que ahí podía acordar, con organizaciones con miradas distintas”, dijo a Ansol Germán Doin, director de la película La Educación Prohibida y miembro del equipo de organización y desarrollo de Red de Educación Alternativa.

En este sentido, uno de los puntos discutidos fue el cambio en el contexto político que se dieron en los últimos años, que implicó una modificación en las regulaciones y políticas públicas, con un cambio hacia discursos y posicionamientos más conservadores.

“Las perspectivas de derecha se están expresando en todas las áreas, incluso en las áreas de la educación. En ese sentido, lo que nos parece más riesgoso son que las perspectivas de cambio o transformación están acompañadas con la idea de innovación, donde pisa fuerte la derecha, es una innovación despolitizada, que no tiene trasfondo de transformación de los sujetos, sino ser funcionales al trabajo, al mercado, pero no cualquier tipo de lógica económica, sino a los grandes grupos concentrados”, afirmó Doin a esta agencia.

Argentina y el cambio en la educación

La educación pública ha estado en discusión desde la asunción de Mauricio Macri, ya sea por el trato hacia las gremiales docentes durante las negociaciones paritarias, como por el desdén utilizado para referirse a la escuela estatal y la preferencia hacia las instituciones públicas.

Sin embargo, estos hechos coexisten con un discurso oficial que dice emular modelos democráticos y participativos en la educación, como el modelo aplicado en Finlandia, que desde hace unos años, es tomado como referencia por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y desde diciembre del 2015, por Nación.

“Toman el modelo finés porque es políticamente correcto y porque desde el discurso se puede decir una cosa y hacer otra. También, hay que entender que el modelo finlandés es un modelo de socialdemocracia, que es muy distinto al modelo del PRO. El primero tiene un trasfondo de protección de los derechos de los trabajadores, y sería ridículo pensar que vamos hacia ese lugar, cuando a principio de año tuvimos la cantidad de manifestaciones y huelgas por un aumento salarial digno que les era negado. Es una contradicción. Lo cierto es que no se habla de esto, y los medios hegemónicos no se concentran en estos detalles”, sentenció Doin a este medio.

Por último, una de las críticas a la situación educativa actual está puesta sobre las políticas afrontadas en la última década, que si bien en las leyes de Educación Nacional y Educación Superior se establecen un conjunto de deberes, derechos y potencialidades sobre la educación pública, su puesta en práctica y resultados ha sido pobre.

“Las escuelas de gestión social y cooperativa tienen muchos elementos de cambio, especialmente, la autogestión. Ya no es una educación con intereses de lucro, como la privada, o un interés corporativo, como la eclesiástica, sino que parte de los sujetos que la llevan adelante, de las comunidades para las comunidades. Si bien la comunidad puede elegir seguir con la escuela conservadora, el hecho que tenga autarquía para decidir el proyecto pedagógico institucional, es un gran avance. También, en la Ley de educación, la escuela puede elegir esto, por lo que no estamos tan lejos de este cambio. Pero sí hay una práctica común, un uso y costumbre, de no hacerlo, y estas experiencias pueden servir de faro”, concluyó Doin a Ansol.