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¿Por qué el cooperativismo aparece como la alternativa a cualquier necesidad?

En diálogo con Ansol, el historiador y director de la revista Idelcoop, Daniel Plotinsky, se refirió a las «capas geológicas» que van dejando las cooperativas a lo largo de los años y las etapas del país. 

23 Enero, CABA (Ansol).- «El cooperativismo argentino tiene capas geológicas: se le han ido agregando cosas sin remplazar a lo anterior. Están las cooperativas de tradicionales, de provisión de servicios, de consumo, financieras, eléctricas, agropecuarias», comenzó Daniel Plotinsky a relatar la historia del sector.

El director de Idelcoop resaltó que en los 90 emergió un cooperativismo ligado a la explosión de la economía social y solidaria en el mundo ligado a la caída de la Unión Soviética, que se revisitó al asociacionismo, a los anarquistas autogestivos, a los socialistas utópicos.

«Fue una nueva economía social», definió.

«En ese marco nacieron en Argentina nuevas cooperativas en el sector agrario que no son las tradicionales cooperativas agrarias: están ligadas a la agricultura familiar.  Surgieron también cooperativas de trabajo entre los jóvenes. En los 90 entró en crisis el trabajo asalariado, por lo que la alternativa entre el desempleo y el emprendedurismo individual. A partir de 2004 se impulsó fuertemente a las cooperativas con apoyo estatal. Todo eso se fue superponiendo. El peso del cooperativismo tradicional es tan fuerte que cuando un grupo de personas quiere hacer algo en común, piensa en formar una cooperativa, incluso si eso que piensa no es estrictamente una cooperativa. En Ecuador, Venezuela, Bolivia, esas experiencias no tienen forma cooperativa», concluyó.