No hay nada más libre que la juventud

Columna de opinión.

Por Emiliano Costa

Secretario de Juventud de CAM

El pasado martes 29 de agosto, la Juventud de la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM) fuimos parte de la segunda edición del Encuentro Nacional de Juventudes de la Economía Social, Solidaria y Popular, una experiencia por demás productiva para el sector en general y en especial para nosotros, los jóvenes mutualistas y cooperativistas.

Encontrarnos, dialogar y compartir nos permitió tomar conciencia de que la coyuntura actual de nuestro país nos interpela y nos convoca a no mirar para otro lado. Tenemos que dar muestras de que estamos capacitados para aportar, construir y transformar desde nuestro lugar.

Este encuentro, organizado en conjunto con el INAES, también nos permitió valorar y dimensionar la importancia de fortalecer el trabajo integrado y articulado. ampliar y profundizar en horizontes y rumbos comunes en la búsqueda de una Argentina mejor, que pueda salir adelante. En el mutualismo y cooperativismo, los jóvenes aportamos cada día más: tenemos ideas, entusiasmo y apostamos a un espacio solidario en el que somos escuchados, pudiendo opinar y decidir sobre temas que nos competen.

No hay nada más libre que la juventud

En todo proceso de desarrollo hay cambios, y por ello tenemos que construir con las estructuras existentes y aportar herramientas y soluciones desde nuestra trayectoria. El esfuerzo pasa por abrir el campo para pensar en las problemáticas de nuestra sociedad y adquirir cada vez mayor responsabilidad, porque estamos convencidos que la sociedad se debe integrar solidariamente.

Los dirigentes del sector de la economía social y solidaria nos dan el impulso para tomar la posta, para hacer entre todos un mundo mejor, pero para eso tenemos que prepararnos. Encontrarnos, rediscutir y reconstruir aquello que no funciona para que funcione mejor. Los recambios se producirán de manera natural, donde debe haber lugar para todos, con inclusión y con integración social. Siempre recordando que la historia no empieza en nosotros mismos y que, además, tenemos la suerte de encontrarnos con una generación dirigencial dispuesta a enseñarnos, a acompañarnos.

Negar la trayectoria es negar la memoria y arriesgarse a cometer errores de manera permanente. Un proceso juvenil que no es capaz de recuperar la historia respetando a sus mayores, tiene una falla de origen. Las juventudes apelamos a que tiene que haber una transformación con democracia institucional, basado en la libertad real, la libertad de oportunidades. Apelamos a nuestra recurrente construcción de utopías y sostenemos: no hay nada más libre que la juventud, en un sistema en que nadie sea menos que otros.