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La Ley de Bases contra los sectores populares

Columna de opinión.

En épocas donde lo simbólico y lo mediático imperan, es bien sabido que las hegemonías sociales y políticas imponen qué cuestiones son prioritarias para mencionar, hablar o discutir en la comunidad. Poco a poco van imponiendo también cuáles de esas cuestiones son prioritarias para encarar o gestionar, fundamentalmente en la gestión de gobierno, e instalar en el discurso mediático y la conversación pública el discurso hegemónico.

Este discurso instala que hay un sector del sindicalismo combativo, más fuerte que otros y con más condiciones para preservar sus derechos, al cual se le va a reimplantar la obligación de tributar el impuesto a las ganancias. Obviamente, ese sector es el que más ingresos percibe en los estratos sindicales más formales y con mayor nivel de ingresos debido a sus actividades y a mayores salarios.

Paralelamente, la modificación normativa en la Ley de Bases, que incluye, por ejemplo, la exclusión o desaparición de la categoría de Monotributo Social para contribuyentes muy pequeños. Calculamos que hay más de ocho millones y medio de personas que están siendo perjudicadas.

Este universo económico comprende una cantidad de oficios y ocupaciones contenidas por la Economía Social y Solidaria y por la economía popular, que están con dificultades para visibilizar sus reclamos y sus padecimientos porque no tienen un sindicato que los agrupe. Por lo tanto, la presión que pueden ejercer sobre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo para frenar esta embestida es prácticamente nula.

Pedimos a los legisladores nacionales que consideren a monotributistas, trabajadores y trabajadoras autónomos, y oficios nuevos que han sido visibilizados durante los últimos diez o doce años en Argentina, a saber: cuidadores de ancianos, enfermos, personas con capacidades diferentes, recuperadores de residuos, trabajadores y trabajadoras textiles, pequeños productores que trabajan con sus manos y crean y agregan valor a materias primas en el campo y en los sectores urbanos, entre muchos otros, que pertenecen a economías con poca posibilidad de presión sobre los legisladores.

Esto no quiere decir que no sean millones y millones los que el legislador va a estar perjudicando, si levanta la mano para aprobar esta famosa Ley de Bases, que va a traer tantos perjuicios y una reconfiguración colonial o poscolonial para la Argentina y, fundamentalmente, para sus sectores nacionales.

Le pedimos a los legisladores nacionales que rechacen de plano esta Ley Base propuesta por el Poder Ejecutivo Nacional.

Por un lado, está claro que el sector que está atravesando un deterioro estructural. No está en una situación simplemente coyuntural, sino que enfrenta algo estructural, que incluye la falta de acceso a la tierra propia, al crédito y a una vida digna de calidad. Esto hace que el sector esté empobrecido estructuralmente a causa de varios factores.

Por otra parte, la caída del consumo debido al deterioro del poder adquisitivo de la sociedad en su conjunto. Esto hace que haya menos demanda, reduciendo el precio de los productos, perjudicando a la agricultura familiar, que está vendiendo muy barata la comida, aunque el consumidor la pague cara porque su bolsillo está deteriorado. Entonces, hay un factor relacionado con la poca plata que circula, lo que reduce el consumo y baja el precio de los productos.  

Después, hay un factor climático. Actualmente, los invernaderos están afectados por la humedad, lo que perjudica las distintas producciones. Un año es la sequía, otro año la lluvia abundante, y después las tormentas de viento que ocurren cada dos meses y lo vuelan todo. Esto requiere cada vez más tecnología, pero hay cada vez menos dinero para invertir. Además, las situaciones climáticas complican la producción.

Otro factor estructural es la situación económica actual de consumo y los costos en dólares. La producción ya de por sí es cara, y la compra de insumos está dolarizada, por lo cual también es muy cara. Entonces, con poca plata circulando, la producción se hace muy compleja, y además los insumos están muy caros. Con una matriz productiva cara y poca tecnología, el costo es aún mayor.La inversión es cada vez más cara y el retorno más bajo. Es un esquema que pareciera no tener salida para el sector.