Las expectativas de la autogestión en la era Milei

Antes de pasar electoralmente por el balotage, había una perspectiva interesante de desarrollo a futuro en el universo de las cooperativas de trabajo. Tal vez no en lo que refiere a las ventas inmediatas, dada la natural incertidumbre. Pero si en lo que sustenta al principio de intercooperación con un impacto tangible dentro del 50 % del universo relevado en el segundo semestre del año 2023. Se reflejaba una clara intención de privilegiar en la búsqueda de proveedores y clientes a las opciones cooperativas, adecuando el precio a la posibilidad de articular procesos entre experiencias vinculadas. En esto descansaban las mayores posibilidades de proyectar el crecimiento a mediano plazo.

Sin embargo, el resultado de la elección presidencial ha producido un desánimo fenomenal, que se suma al impacto económico de las medidas llevadas a cabo por el Ministerio de Economía. El nuevo escenario trajo aparejado que ya no tenga objeto proyectar acciones de crecimiento y desarrollo en la mayor parte de las cooperativas de producción y de servicios. No solo en lo que hace a la intercooperación, sino en torno a cualquier posibilidad de proyección. Como casi todas las pymes de la Argentina, las cooperativas quedaron encerradas en la trampa de la supervivencia a cortísimo plazo. Aunque la planificación es fundamental, el contexto es poco saludable para poder imaginar un futuro posible.

No alcanza con tomar conciencia de las consecuencias de la brutal devaluación llevada a cabo, porque ya de por si los principales analistas internacionales prevén otra devaluación inminente y una inflación del 60 % para mediados de año. Es una reducción del ingreso para los trabajadores de nuestro país que no hemos concebido ni en las peores crisis de los últimos setenta años.

Efectivamente, una de las aristas a explorar que tiene que ver con la capacidad de exportar productos y servicios en mercados locales, se ve coartada por la suba en las retenciones del 15 % incluso para productos y servicios antes no gravados. Ahora el desafío para cualquier entidad representativa a nivel sectorial es mayor. Porque la potencialidad de exportar intangibles es muy superior en competitividad a la de exportar servicios, pero dentro de un mismo espacio, las entidades pymes industriales, quedarán prácticamente a merced de un esquema de consumo interno inviable, y los fondos de ayuda dependerán exclusivamente de la capacidad de estas entidades de buscar esquemas intermedios de ayuda e intervención re distributiva para la sustentación productiva.

A su vez, es imposible ampliar mercados en el Estado, porque la idea de llegar a equilibrio fiscal empieza a contraer todas las posibilidades de contratación con el Estado Nacional. A eso se suma la reducción de las partidas presupuestarias para con las provincias, que reducirá brutalmente los presupuestos de los estados provinciales y municipales.

Las expectativas de la autogestión en la era Milei

Entonces, no solo el gobierno encerró a los argentinos de trabajo y trabó la puerta principal, con las medidas económicas aplicadas por Toto Caputo, sino que también paso a paso va trabando cada ventana de salida. Todo esto en nombre de la libertad. El siguiente paso será reemplazar los productos y servicios internos, por productos y servicios de exterior. Habrá que ver quiénes quedan con capacidad de consumo para adquirirlos, después de la brutal «estanflación».

Las medidas tomadas al momento son destructivas, pero a eso se suma la manera en la cual van tomando decisiones desde la política, desconcertando incluso a sectores de la economía que le son afines ideológicamente al gobierno. El impacto es muy fuerte, será muy rápido y no será fácil reponerse para ninguna experiencia autogestiva que sustente su ingreso a partir de trabajo mancomunado. Los aumentos en servicios por la quita de subsidios empieza a presionar sobre los costos de producción, que ya se ven presionados por la inflación y la baja paulatina en el consumo.

Tenemos que pensar cómo podemos encontrar lineamientos generales desde la inteligencia comercial que nos permitan sostener los puestos de trabajo, en este escenario bien llamado «no hay plata».