La Robla, una experiencia cooperativa en un contexto de cierre de comercios y caída de las ventas

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La Robla, una experiencia cooperativa en un contexto de cierre de comercios y caída de las ventas

Tras resistir un feroz desalojo, y poder salir adelante, en la actualidad la recuperada plantea que la incidencia del dólar y la inflación es una constante que impacta en la caída de las ventas.   

Uno de los lugares preferidos por los argentinos para comer pescado es el tradicional bar español La Robla, que se especializa en mariscos y pescados. La Robla fue vaciado por los entonces dueños en 2014, año a partir del cual comenzó a ser gerenciado por los propios trabajadores, luego de una dura lucha que incluyó un desalojo.

Carlos Delucca, secretario de la cooperativa que gestiona La Robla, contó a Ansol que “la expectativa para estos días es siempre mayor al resto del año”. “El argentino no es muy consumidor de pescado, con respecto a otros productos, pero como nuestra especialidad es esa sabemos que esos días se trabaja un poco más”, resumió. Sin embargo, “en los últimos años, hubo una caída de las ventas y de la concurrencia, producto de que la situación económica no es buena”.

Los 15 trabajadores de La Robla parecen estar en pleno Viacrucis desde hace un año. “Desde el año pasado, con el aumento del dólar, que repercute sobre los precios, la situación está muy difícil. Trabajamos mucho con mercadería importada, como el salmón rosado, que han subido mucho. También subieron mucho los derivados de la harina, la carne y en esta época también subió el pescado como suele ocurrir”, advirtió Delucca.

Según un reciente informe de «Defendamos Buenos Aires», en el primer trimestre de 2019 cerraron unos 5.000 comercios en la Ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana, lo que significa una pérdida estimada de más de 20.000 puestos de trabajo.

Si bien en los últimos 12 meses se acentuó, la crisis comenzó mucho antes, cortesía de la política tarifaria del gobierno de Cambiemos y de la caída del consumo. “Está difícil la situación porque tenemos gastos fijos muy altos. Las tarifas son un problema. Y al bajar la facturación se genera una situación complicada. Obviamente, esta situación no solamente nos afecta a nosotros, sino a cualquier pyme o cooperativa o recuperada”, analizó. En este contexto, apuntó: “No podemos aumentar permanentemente las listas de precios porque también te perjudica”.

Por el momento, “tratamos de sostener los retiros porque sería algo terrible tener que bajarlos”. Con mucho esfuerzo, “trabajamos para no tener que bajar las persianas, pero las cosas se dificultan. Está difícil poder mantener un negocio. Sería muy triste tener que cerrar después de haber resistido un desalojo, de haber dado la lucha que dimos y de haber salido adelante como cooperativa”, lamentó.

En el viejo local de Viamonte (actualmente, el bar funciona en Chacabuco 82), quedan aún efectos que pertenecen a la cooperativa, “pero los tiempos de la justicia no son los que uno quisiera, lamentablemente”. Si la situación económica no mejora, “será muy difícil” que La Robla pueda recuperarse.

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jr

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