24 de julio de 2023, CABA (Ansol) – El Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) presentó el reciente sábado 22 de julio su nuevo indicador de canasta saludable para la alimentación de niños, niñas y adolescentes (NNyA), en el marco de lo que desde la entidad intepretan como un proceso «alarmante» a partir de estudios paralelos que realizan sobre la población argentina.

Según el Índice Barrial de Precios (IBSN), relevamiento mensual que realiza el ISEPCi en 900 comercios de cercanía de veinte distritos del conurbano bonaerense, el valor de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) para una familia de dos personas adultas y dos peques, en junio alcanzó a $102.266,27. Esto significó un incremento de 6,57% respecto a los $95.965,51 que los mismos productos costaban en mayo. Mientras que en lo que va del año el incremento del costo de los alimentos es cercano al 60%.

Según Isaac Rudnik, director de ISEPCI, «El valor de la CBA es cada vez mayor, en consonancia a la inflación, pero no se corresponde con el aumento de salarios ni con el aumento en las políticas estatales de transferencia de ingresos. Esto implica que muchas familias actualmente no cuentan con los recursos suficientes para adquirir los productos de la CBA«.

En este contexto es que surge la necesidad de una elaboración que permita medir el costo de la inversión indispensable que deberían realizar las familias para que sus infancias y adolescentes accedan a una alimentación adecuada, armónica, de cantidad y calidad suficiente.

Cómo se elabora el índice de canasta saludable

Este grupo de índices de Canastas Saludables para NNyA se forman a partir de las recomendaciones de diversos actores académicos e institucionales a los fines de establecer cuál debería ser la composición de las necesidades energéticas y nutricionales que permitan garantizar los más altos estándares.

ISEPCI especifica que los parámetros fueron tomados de las recomendaciones energéticas y equilibrio nutricional por edad de FAO / OMS, el Manual Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) del Ministerio de Salud de la Nación y datos de la Sociedad Argentina de Pediatría, entre otras fuentes.

La Lic. Laura Lonatti, referente en la construcción de este informe, explicó que «se partió de la premisa de considerar que la alimentación adecuada es un derecho humano básico y esencial. Esto supone que todas las personas deben tener la capacidad de disponer y acceder en todo momento y en todo lugar a alimentos nutritivos. El Estado tiene la obligación de ser garante de este derecho con políticas activas y universales».

Cuánto cuesta la canasta saludable

Al componer el nuevo índice, se tuvieron en cuenta los datos obtenidos en el año 2022 por el IBSN, proyecto en el que se encuestó a un total de 43628 NNyA a nivel nacional. Este arrojó que la malnutrición en infancias de 2 a 18 años que asisten a comedores se consolidó en un 40%. Es decir que 4 de cada 10 NNyA que asisten a comedores presentan vulnerabilidad nutricional.

Según los indicadores por exceso, existe alta preeminencia de sobrepeso (17,9%) y obesidad (19,9%), en detrimento del indicador por déficit, bajo peso (2,5%). Nuevamente aquí se demuestra la dificultad que tienen las familias argentinas para acceder a una alimentación adecuada y saludable.

En realidad, es correcto referirse a a varias canastas saludables, ya que sus componentes son distintos dependiendo del rango etario. Los valores mensuales establecidos para las CANASTAS SALUDABLES de cada grupo etario son los siguientes:

• $ 10.568 (Niñes 6 a 11 meses)
• $ 21.438 (Niñes 12 a 23 meses)
• $ 23.860  (Niñes 2 a 3 años)
• $ 29.272 (Niñes 4 a 8 años)
• $ 34.021 (Adolescentes 9 a 13 años)
• $ 44.759 (Adolescentes 14 a 18 años)

En paralelo, el monto actual de la Tarjeta Alimentar es de $ 17.000 para familias con un hijo o hija. Por lo tanto, dicho programa de transferencia de ingresos sólo alcanza para acceder a la canasta saludable correspondiente al primer grupo etario.

«Resulta imposible acceder a las canastas saludables sin modificar las condiciones políticas y económicas que restringen el acceso de las familias, especialmente de los niños, niñas y adolescentes, a los estándares alimenticios establecidos», remarcan desde ISEPCI en referencia a los resultados de la elaboración.