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Inflación: «La gran apuesta del Gobierno es no devaluar»

Columna de opinión.

Federico Zirulnik

Economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO)

Ayer se conoció la inflación de junio y el rubro de alimento fue el que menos aumentó de todas las variables, lo que invita a analizar cómo sigue la situación de los precios de aquí en adelante. Vale la pena recordar que hasta mayo el rubro «alimentos y bebidas no alcohólicas» llegó a 49,4 por ciento en el acumulado en el año. Eso significaba unos 7,2 puntos más que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en lo que iba del 2023, por lo que era de esperarse que la disparada allí comience a disiparse.

Hasta mayo el aumento de los alimentos venía en alza por varios factores. Uno fue porque el precio está muy relacionado con el tipo de cambio, porque en general son derivados de commodities (materias primas) que cotizan en dólares en el mercado internacional. Por otra parte, en la primera etapa se sumó el impacto de la sequía, que puede haber presionado a la suba de precios de los alimentos porque hubo menor cantidad de producción.

A esto se le puede sumar también la política de dólares diferenciales (como el dólar soja), porque en definitiva esas variaciones actuaron como devaluaciones para algunos productos puntuales, ya que los productores que ingresaron al programa recibieron 300 pesos por cada dólar soja, y no $250 como marca el oficial, por lo que, si bien no es generalizado, puede leerse como una devaluación.

Inflación: "La gran apuesta del Gobierno es no devaluar"
Federico Zirulnik

Ante la noticia del 6 por ciento de inflación en junio, ahora la gran apuesta del Gobierno es tratar de sostener el tipo de cambio oficial. Para eso necesita del ingreso dólares (o equivalentes, como los Swap con China). Si consigue acordar usarlos en los adelantos de desembolsos con el FMI, el Poder Ejecutivo va a poder sostener el tipo de cambio y con ello estabilizar la inflación en los niveles actuales, o algún punto más abajo. Si no los consigue hay riesgo de que esto se acelere.

En este contexto, la atención seguirá centrándose en la comida. Las presiones de las variables que comenté empezaron a disiparse desde junio. Si no es por una brusca devaluación, el rubro alimentos y bebidas debería comenzar a alinearse con el promedio de la inflación general, que fue algo que ya se notaba desde mayo. El objetivo es, entonces, no devaluar. Solo de esa forma se podrá mantener una tendencia de inflación hacia la baja.