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Frente al «hay que esperar», las y los agredidos tenemos que juntarnos

Columna de opinión.

Por César Malato

Mutual MiPyME Santa Fe – Militante Peronista.

Todas y todos defienden su partecita y es natural que así suceda. Primero los intereses de cada uno, familiares, de su sector, profesión, laburo, actividad, producción, etc. Los inquilinos, los pañuelos verdes, los farmacéuticos, los laburantes de la cultura, los que usan el transporte público, etc.

Lo que está cada vez más claro es que este DNU -que materializa una política de los grupos económicos concentrados como los monopolios, el agronegocio, las cámaras de los empresarios extranjeros- agrede y modifica para mal todas las condiciones de vida de todos los sectores. Y no lo hace únicamente sobre los laburantes sindicalizados, los beneficiarios de programas de ingresos sociales (estigmatizados como “planeros”), y los trabajadores de la economía popular. Todos los sectores están agredidos por esta política.

Apropósito, pone a discutir todas las cuestiones al mismo tiempo. Entre estas discusiones, pasan los elefantes. Los de verdad. Los que les van a permitir y habilitar sus negocios en un tiempo muy corto. Hasta parece hecho para el lapso que abarca el hoy mismo. El momento en el cual las mayorías sociales nos demos cuenta de que tenemos que organizarnos en conjunto, en colectivo, antes de que todo estalle por los aires.

Entretanto, el aumento desmedido de los precios arde en el super y el almacén. Comer carne o tomar un yogur es un lujo. La nafta, los pasajes, el boleto del bondi, los remedios y la atención médica, el teléfono, el alquiler, la luz, el gas, etc. Todo aumenta. En paralelo no hay aumento para jubilados ni sueldos. Todo tiembla y esto es adrede. No es casual poner todo lo que afecta a nuestras vidas cotidianas a temblar. Eso genera pánico. Miedo colectivo. ¿Cuándo me toca a mí?

Por abajo, siguen pasando los elefantes: te quito los derechos laborales, si son más de tres no pueden protestar, ni hablar de asambleas en el laburo. Período de prueba de ocho meses, ¡Ojo que a tu compañero lo despidieron! ¡Están despidiendo personas, gente que labura, por todos lados! ¿Será como en la última dictadura genocida? “En algo habrá andado”, o “algo habrá hecho”.

Es urgente descubrir los mecanismos que nos ayuden a frenar esta locura. Siempre sostuvimos que la búsqueda de las soluciones es en colectivo. En comunidad. En síntesis, de intereses. Tratando de evitar las fragmentaciones. Que cada uno se ocupe no solo de lo propio, sino de las cuestiones que nos afectan a todos.

Frente al "hay que esperar", las y los agredidos tenemos que juntarnos

Echar culpas a quienes votaron engañados tampoco es la solución, y es nada procedente para sumar. Al 90% de esos votantes también los va a alcanzar la malaria, el desprecio de las clases dominantes.

Podemos discutir sobre comunicar bien o mal. Podemos además debatir y coincidir o no sobre quienes tienen más o menos responsabilidad de porque llegamos hasta acá. No hay tanto invento en materia de resistencia y lucha para frenar la suma de los atropellos.

Quienes tienen cargos públicos (nuestros diputados, senadores, gobernadores, intendentes, concejales) no pueden mirar para otro lado. Nadie los votó para ajustar ni para desconocer los poderes establecidos de la democracia, ni para pretender la suma del poder público.

Tenemos que juntarnos las y los agredidos. Los y las que no queremos que nos desordenen la vida. Las y los que queremos vivir en un país normal.