Flor de Jardín: yerbateros asociados que diversificaron su producción en la crisis

(Ansol).- A principio de año, miles de productores de yerba mate se agolparon en la Plaza de Mayo porteña para exigir que el Estado nacional tome medidas para paliar la crisis del sector, que denunciaba que mientras ellos vendían el kilo de hoja verde a 3.20 pesos en el mejor de los casos, el consumidor la paga diez veces más: “el problema no es nuevo, desde la constitución de la Cooperativa Productores Jardín de América en 1973 hemos tenido altas y bajas”, dijo a Ansol el representante de la cooperativa, que comercializa la marca Flor de Jardín, Alonso Purrelef.

Esta empresa social está compuesta por 230 productores locales, que desde hace 44 años han visto en el asociativismo la forma de superar una producción que, como en casi todas las ramas productivas del país, está sujeta a la decisión de los comercializadores, que compran a precios bajísimos y la hace llegar al consumidor a un valor entre un 50 y un 700 por ciento más al estar en la góndola, según informó en un relevamiento realizado por la Asociación Empleados de Comercio de Rosario, durante el 2016.

“Ser una isla de producción es casi imposible, y de ahí surge la asociatividad. La cooperativa hoy en día arregla los caminos, porque posee la maquinaria adecuada, formó una mutual y un colegio agrotécnico que tiene 100 alumnos, que vuelven a su chacra o siguen sus estudios para continuar especializándose. En cuanto a la yerba contamos con un grupo de tareferos que van a las chacras de los asociados y se realiza la cosecha. Los beneficios son en cuanto a la logística y por supuesto, que la cooperativa paga el precio digno y justo por la hoja verde”, destacó Purrelef a este medio.

Además, la cooperativa vio en la diversidad productiva la forma de crecer, y por ello, en la década de los 90, comenzó a cultivar junto a los árboles de yerba mate, distintos frutos y vegetales, que luego dieron lugar a la fábrica de envasados, que realizan mermeladas y productos en conservas, siendo la de choclos babies, el de principal importancia.

Por último, también aprovecharon la presencia de la mandioca en los territorios misioneros y dio paso a la erección de la fábrica de fécula de mandioca, que también comercializan en bolsas de un kilo, de 10 y 25 kilos en todo el país.

“Hoy nadie paga el precio que sale la yerba canchada, y con las grandes lluvias en la provincia, en dos años estaremos en problemas. Esperamos que con el paso del tiempo, mejoren las cosas”, concluyó Purrelef a esta agencia.