El Obispo Angelelli y su destacado rol en la conformación de cooperativas

El pasado sábado el Papa Francisco beatificó a Monseñor Enrique Angelelli, quien fue asesinado durante la última dictadura militar, y más de 30 mil personas se congregaron para participar de la ceremonia en La Rioja.»En aquel momento todo lo que olía a cooperativismo era de algún modo estigmatizado», le dijo a Ansol, Delfor «pocho» Brizuela, quien acompañó al Obispo en sus luchas sociales hasta su muerte.
30 ABR de 2019 (Ansol) «Distante apenas 100 kilómetros de la Capital, Aminga puede ser el escenario en un plazo no mayor de diez años, de un despegue impresionante. Es hora ya de que la miseria riojana deje de ser un espectáculo. No hacer lo que corresponde es dar la espalda a un pueblo sufrido, templado y trabajador empeñado en realizarse en La Rioja como protagonista de su propia historia. El gobierno nacional tiene en sus manos la solución. Hacerlo, además, no será gravoso: Al contrario, el total de inversión a realizar puede ser reintegrada en un plazo no mayor de 15 años. Aminga y La Rioja esperan una solución ejemplar para un problema añoso e irritante», decía el informe que se público en Agosto de 1971 en el diario «El Independiente» de La Rioja, y que planteaba la expropiación del latifundio Azzalini, tierras improductivas -también había maquinarias en desuso- donde se podría instalar un viñedo bajo gestión cooperativa.
Un mes antes, el 18 de julio de 1971 se había conformado la Cooperativa de Trabajadores Rurales Amingueños Limitada (CODETRAL) con un objetivo muy claro: la expropiación de las tierras y la entrega total a manos de los trabajadores.
Los cooperativistas eran guiados por dos mendocinos integrantes del Movimiento Rural Diocesano, Rafael Sifre y Juan Carlos Di Marco, quienes actuaron organizando a los trabajadores bajo la guía y el impulso del entonces Obispo Enrique Angelelli.
El vínculo de los religiosos con los campesinos y los pequeños productores rápidamente despertó la irritación de las clases altas de la provincia y hasta llegaron a sufrir atentados con bombas, y ser acusados desde el Diario «El Sol», de «marxistas» y «amenaza terrorista».
Sin embargo, los ataques no detuvieron la convicción del Obispo y los sacerdotes y laicos, que continuaron apoyando a los trabajadores riojanos y movilizándose.
«El obispo suscito la llegada a La Rioja de muchas y muchos miembros del movimiento rural. Este movimiento tenia una doble vía: la de los maestros rurales y la del campesinado. Hicieron una gran tarea territorial y empezaron a juntar a los peones y a los pequeños productores y se generó un fuerte movimiento cooperativo. Y el emblema fue CODETRAL, que generó una enorme molestia a un sector ultra-conservador y liberal de la política y del poder económico de la provincia», contó, en diálogo con Ansol, Delfor «pocho» Brizuela, actual Secretario de DDHH de la Provincia de La Rioja.
Carlos Menem, durante su campaña para gobernador por el FREJULI, levantó la bandera de CODETRAL y la tuvo como uno de los ejes centrales de su campaña.
Sin embargo, en Agosto del ´73 tras una larga lucha y movilizaciones masivas, radicales y peronistas se unieron para hundir los sueños de crear una cooperativa para que produzca en las tierras abandonadas del latifundio Azzalini.
Finalmente la legislatura provincial aprobó un proyecto que sancionaba la expropiación, pero las tierras fueron parceladas y entregadas a particulares, con lo cual se cancelaba para siempre la idea de generar una cooperativa. Angelelli, había advertido en reiteradas ocasiones, acerca de ese peligro ya que argumentaba que de esta forma «se corría riesgo de que las tierras vuelvan a comprarse por parte de los latifundistas».
«Hoy el cooperativismo está en la agenda pública del Estado, en la agenda social, sigue siendo un desafío y una tarea que hay que pelearla y lucharla, y cambiar incluso matices culturales muy fuertes de individualismos, pero está y muy instalado. En aquel momento al cooperativismo se lo asociaba mal-intencionadamente desde algunos sectores como colectivismo, por eso se lo idenficaba con el marxismo, con el tercermundismo; y por eso a Angelelli lo relacionaban, los detractores y denostadores de él, como «el obispo rojo», «satanelli» le llegaron a decir desde un diario de acá. Todo lo que olía a cooperativismo era de algún modo estigmatizados con estos rótulos», le dijo a Ansol, Delfor «pocho» Brizuela, quien conoció al religioso y acompañó en sus luchas sociales durante la década del ´70 y hasta su muerte.
«Angelelli no es solamente un nombre propio, sino un nombre colectivo. El suscitó un movimiento social y cultural, que tenía que ver con esa primera percepción que planteó el Obispo claramente al llegar a La Rioja: que era que el riojano estaba marginado, golpeado por la pobreza, el éxodo era la moneda cotidiana de cada familia riojana, la mitad de los riojanos que nacían se tenían que ir a buscar horizontes de trabajo en otros lugares. Eso generaba la anemia de los pueblos, y por otro lado la causa del éxodo, si bien era estructural, tenia que ver con la distribución de la riqueza, la forma de acumulación, la forma de producción que beneficiaba la concentración económica y la exclusión de muchos y muchas», reflexiono Brizuela ante Ansol.
Beatificación
El pasado Sábado 27 de Abril se realizó la ceremonia que congregó a unas 30 mil personas en el Parque de la Ciudad, a 7 kilómetros de la capital provincial. Allí, se beatificó a Monseñor Enrique Angelelli y a los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville y el laico catequista Wenceslao Pedernera. Los cuatro fueron muertos por la dictadura militar en 1976 y, para la Iglesia Católica, son mártires.
Luego del juicio por crímenes de lesa humanidad -en el que el entonces cardenal Jorge Bergoglio impulsó que la Iglesia fuera querellante- fueron condenados los militares Luciano Benjamín Menendez y el Brigadier Luis Fernando Estrella, acusados ambos como autores intelectuales.
El prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Angelo Becciu, enviado por el Papa Francisco, fue el encargado de llevar adelante la ceremonia.
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