En diálogo con Ansol, Edgardo Form, presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos habló acerca de la crisis económica que atraviesa el país, y las consecuencias de la inflación, la suba del dólar y la deuda externa acumulada en los últimos años.  

17 ABR 2019 (Ansol) La inflación es uno de los grandes problemas económicos de la era Cambiemos. Desde la asunción de Mauricio Macri, la variación inflacionaria casi alcanza el 190 por ciento. En los primeros tres meses de 2019, fue del 11,8%. La espiral inflacionaria no se detiene y el Banco Central se limita a subir las tasas de referencia, al tiempo que el poder Ejecutivo lanza un improvisado plan de congelamiento de precios. Al respecto, Edgardo Form analizó: “No es una consecuencia de un hecho natural, una catástrofe como podría ser un terremoto o un tsunami. Es consecuencia de una política deliberada y consciente, orientada a partir de los paradigmas que maneja el FMI, con el fin de reducir la inflación y el déficit fiscal. El propósito es reducir la economía”.

Sin embargo, “la realidad demuestra que pese a las medidas recesivas, la inflación no cesa. Hay un mecanismo de concentración por parte de los sectores que prevalecen en la fijación de los precios. A eso, se le suma la constante devaluación de la moneda por el reposicionamiento del dólar. El dólar sube y suben los precios al público de casi todos los productos”, le dijo a Ansol.

Form preside el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. “Nuestra opinión es que hay que producir una transformación sustancial en el rumbo de la política económica. Hay otro modelo posible. Para salir de la crisis hay que modificar la capacidad adquisitiva de los sectores de ingresos fijos (trabajadores, jubilados, pensionados) de modo tal que reactive la labor, la actividad empresarial en el mercado interno. El mercado interno es la conjunción de sectores asalariados y pymes. El círculo virtuoso es dar mayor capacidad adquisitiva a la población para que consuma bienes y servicios que se producen por parte de ese sector empresarial de pequeña y mediana dimensión”. Este combo “genera riqueza y mejora la capacidad tributaria por parte del Estado nacional y provinciales. Este es un año clave porque hay elecciones. Veremos cuál es la respuesta de la ciudadanía. Nuestra opinión es que hace falta producir una modificación sustancial en el rumbo, haciendo hincapié en la reactivación del mercado interno”, expresó en dialogo con Ansol.

Por otra parte, otra de las grandes críticas económicas al modelo económico de Cambiemos es la enorme toma de deuda. Según un estudio del Observatorio de Deuda Externa (ODE), de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), Cambiemos emitió deuda por 187.706 millones de dólares, de los cuales el 85,8% fueron colocaciones únicamente del Tesoro Nacional (aproximadamente USD 161.030 millones). Para Form, “es un tema de extrema gravedad”.

“Venimos de una situación en la que la deuda con el FMI, por algo más de USD 9 mil millones fue cancelada. Eso sirvió para reducir el endeudamiento y eliminar el condicionamiento que supone tener semejante deuda. Para recuperar el préstamo otorgado, el FMI impone condiciones. Esas condiciones implican perder soberanía al momento de definir las políticas públicas en materia económica, financiera y social. Sea quien fuera el gobierno que asuma en diciembre, tendrá que soportar una herencia de un peso sideral porque hay que pagar intereses y capital semejante al Producto Bruto Interno del país, la riqueza que se genera en todo un año”, analizó.

Finalmente, explicó: “Hay un alto porcentaje de capacidad de la industria que ha sido muy afectada, que está inactivo. Cuando uno habla de las inversiones, lo primero que tendría que hacer es lograr que la capacidad instalada funcione en un 100 por ciento. Estamos en un nivel bajo una situación baja porque cuando se cae el mercado interno, se vende menos y cierran empresas”.

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jr