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“El cooperativismo ofrece herramientas y recursos para que salud y economía puedan dialogar”

(Ansol).-  El IV Congreso de Economía Política, organizado por el Departamento de Economía del Centro Cultural de la Cooperación y el Departamento de Economía y Administración de la Universidad Nacional de Quilmes, se llevó a cabo el martes y miércoles pasado, y fue espacio de discusión y debate, a través de distintos trabajos y ponencias, sobre la situación socio-económica actual en la Argentina, a partir de las políticas tomadas con el cambio de gobierno, a finales del 2015.

Entre los participantes, estuvieron Mariana Pacheco y Federico Bejarano, miembros de la cooperativa La Huella, quienes conversaron acerca del rol de las cooperativas sociales como garantes de derechos y mejor accesos a servicios públicos de cuidados.

“Existe una relación de producción de salud al interior de las prácticas económicas asociativas y autogestionadas, creemos que es el cooperativismo quien ofrece herramientas y recursos más apropiados para que salud y economía puedan dialogar. Pensamos que un tipo de accesibilidad posible al trabajo, a la educación y nuevas formas de cuidad en clave de economía social y solidaria, son las cooperativas sociales”, destacó Mariana Pacheco.

En este sentido, las distintas medidas tomadas por el gobierno nacional y provinciales contra las cooperativas, ya sean vetos a las leyes de expropiaciones a recuperadas o la ausencia de políticas de mitigación de impacto de los tarifazos, afectaron la posibilidad de continuar operando, con la consecuente pérdida de empleos y servicios.

“Al cambiar el sentido de la distribución de ingresos y de la forma de la acumulación de capitales, este modelo cambió también todo un acervo institucional en el cual los accesos a derechos se ven más restringidos o desfinanciados, cuando no prohibidos o reprimidos. Esta pérdida de derechos se pueden ver en temas tan sensibles en la actualidad como las políticas de género o la ofensiva hacia muchos emprendimientos cooperativos y fábricas recuperadas, el cual el caso del Hotel Bauen es el más representativo”, afirmó Pacheco.

Otro de los puntos más importantes fueron los referentes a la inconclusa aplicación de la nueva Ley de Salud Mental, que establece puntos vitales para el tratamiento de los pacientes, como la desmanicomialización para el 2020, la interdisciplinariedad en el diagnóstico al momento de determinar la internación de los sujetos, y el fomento a entidades cooperativas para la inclusión y reinserción de los pacientes.

“La salud mental y la economía social coinciden en que plantean un orden distinto al hegemónico, que buscan en las personas, su punto de apoyo y no como competencia. Esto describe a todo un conjunto de experiencias, también en salud mental: las formas asociativas de producir, vender y distribuir, generan efectos de reparación subjetiva y contención afectiva en el marco de un proyecto económico vital, que además se disponen de dispositivos sustitutos tal como se establecen en la Ley de Salud Mental. Pero creemos que tal objetivo solo es posible si estos emprendimientos aislados logran conformarse en actor social, con formas diversas de articulación”, dijo Pacheco.

Finalmente, cabe destacar que se realizarán, del 16 al 18 de noviembre, el I Encuentro Latinoamericano de Cooperación Social y Economía Social y Solidaria y el II Encuentro Nacional de Empresas Sociales en Salud Mental, donde se discutirán las experiencias de las cooperativas sociales del país en aras de aumentar los espacios de coordinación y lograr el reconocimiento público.