El CELS denunció que los incendios de humedales del Delta son provocados por sectores empresarios

En ese marco, isleños se organizan en cooperativas o movimientos activistas para combatir los daños provocados. «Si se destruye el humedal, se destruye la vida de quien vive en él».

El CELS denunció que los incendios de humedales del Delta son provocados por sectores empresarios

1 de Septiembre de 2022, CABA (Ansol). – Los incendios intencionales en el delta del Paraná afectaron más de 100.000 hectáreas de humedales durante los últimos días. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) realizó una denuncia pública y judicial frente al avance de las urbanizaciones cerradas que los provocan.

Según la denuncia, los incendios están asociados con proyectos inmobiliarios o ganaderos, como los barrios privados, que muestran atractiva la cercanía con el agua, a través de «lagunas privadas» o «canales navegables», pero estos paisajes artificiales generan no sólo daño ambiental, sino que graves afecciones a los sectores más vulnerables que viven en las costas del Paraná.

En la denuncia pública, el CELS advirtió que «la pérdida de humedales también está asociada al avance del monocultivo de soja y maíz modificado genéticamente. Este tipo de producción desplazó a la ganadería de las zonas pampeanas, que comenzó a presionar sobre otras tierras para poder asentarse. Entre ellas, los humedales».

Asimismo, denunciaron que este modelo productivo «desplazó a comunidades campesinas e indígenas, que vivían y trabajaban desde hace décadas», y aseguraron que «para proteger el ambiente, es urgente poner en marcha un modelo de gestión del territorio que priorice los bienes comunes y los derechos de las mayorías. Esto incluye la sanción de una ley de humedales, políticas de protección de los territorios habitados por comunidades campesinas e indígenas, un Estado más presente en los procesos de producción de ciudad, entre otras».

La cooperativa como defensa de los humedales

Frente a esto, un grupo de pobladores del Delta, tras verse afectados por el avance de un megaemprendimiento, se unieron y crearon la Cooperativa Isla Esperanza en el 2008, y siguen manteniendo su trabajo diario para respetar y fortalecer el modo de vida isleño, con el apoyo de distintas actividades como la pesca, forestación artesanal o fruticultura. Asimismo, forman parte de las recurrentes manifestaciones en defensa del Delta y en pedido por la Ley de Humedales, reclamos que también sostiene el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI).

«Desde la cooperativa sostenemos el impulso de la Ley de Humedales y sostenemos que defender los humedales no es solo defender a la flora y la fauna y denunciar el agronegocio extractivista, sino también defender el modo de vida isleño, que durante muchos años generó un modo de vida sustentable», apuntó Antonela, vocera de Cooperativa Isla Esperanza en diálogo con ANSOL.

Antonela dejó clara la problemática de los isleños: «Si se destruye el humedal, se destruye la vida de quien vive en él». Todo esto es incompatible con el modelo inmobiliario que se impulsa con un lobby muy fuerte. «La población isleña está en crisis porque ya no se puede pescar, no se puede junquear; te persiguen. También el valor de la tierra se ha hecho impagable», planteó.

Además de la defensa del territorio, la cooperativa recolecta junco, teje el junco para darle un valor agregado como cesta u otros elementos, cosecha miel, produce alimentos agroecológicos y tiene un espacio de niñez.

«Somos parte del movimiento campesino que acompaña y lleva adelante esta lucha en muchos lugares del país. El desalojo a las poblaciones históricas de sus territorios es una lucha que venimos sosteniendo desde hace mucho», contó.

«La intención es organizarnos, generar comunidad y fuerza para enfrentar a los poderes económicos que son muy fuertes», concluyó la vocera.