17 de noviembre de 2023, CABA (Ansol) – A partir de un convenio con la Federación de Cooperativas Autogestionadas (FEDECABA) con el Colegio La Salle, los alumnos del secundario de educación especial realizaron las pasantías de cada año en diferentes cooperativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mariana Pacheco, secretaria de la cooperativa La Huella, que está a cargo de la secretaría de integración socio-laboral de FEDECABA, aseguró a ANSOL: “Son realmente importantes porque se está acercando al cooperativismo a estudiantes que están terminando su secundario y a estudiantes con discapacidad, entonces tiene un doble sentido: acercar al cooperativismo a la perspectiva de discapacidad y a los estudiantes al cooperativismo”.
“Implica poder abrirse a la diversidad, a la pluralidad y sobre todo que a los jóvenes les mostras que hay otras posibilidades lo que significa el cooperativismo y trabajar concretamente en una cooperativa”, agregó Pacheco.
Este año las experiencias se realizaron en dos cooperativas: ConSol, cooperativa de consumo que comercializa principalmente alimentos, y la cooperativa gráfica Vulcano, que se dedica a la impresión editorial de libros y cuadernos, encuadernación y anillado, entre otras tareas.
Comienzos de las pasantías del La Salle
Jessica Arilla, terapista ocupacional en el Colegio La Salle, recordó: “En el año 2014, ante la necesidad de mostrarles a nuestros alumnos otros modelos de trabajo posibles que los ayudaran a ellos el día de mañana a poder recurrir a estas herramientas, nos contactamos con Federico Bejarano de la cooperativa La Huella y los chicos empezaron a hacer prácticas profesionalizantes”
“Con el correr de los años, firmamos un convenio entre La Salle y FEDECABA antes de que saliera toda la legislación de las pasantías, para formalizar de alguna manera lo que ya veníamos haciendo que es el trabajo y la colaboración mutua entre las dos instituciones”, agregó.
Sobre el trabajo cooperativo, Viviana Seijo, trabajadora social del colegio, expresó: “Verse con con un par a uno lo desafía y lo interpela de otra manera, por lo menos en la ocupacional, no es lo mismo estar referido a un a un jefe que estar referido a un compañero, construir y aprender a trabajar con compañeros”.
“Eso es lo que a nuestros jóvenes se les hace más difícil, la vinculación social, vincularse con un par y poder construir junto a un par. Esto es lo más valioso para nosotros sobre todo en términos ocupacionales”, detalló Seijo.
En el mismo sentido, agregó que es importante la división de roles que ofrecen las cooperativas, como los trabajos administrativos o más manuales: “Socialmente está visto el trabajo intelectual por sobre el trabajo manual y en realidad la idea es que cada uno pueda descubrir su destreza, su habilidad y algo que lo conmueva y que se den cuenta que va por ahí algo que realmente no le sea ajeno”.
“El aprender a hacer algo y después poder vivir de ese algo no siempre tiene que ver con el trabajo intelectual, tiene que ver con las ocupaciones, los oficios y lo hábil que uno puede ser para aprender y para después hacer de este aprendizaje un rasgo distintivo, una potencia laboralmente hablando”, concluyó.