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Bachilleratos populares realizaron clase abierta en busca de reconocimiento

Organizados en la Coordinadora CBPL, buscan que lleguen canastas alimentarias a sus estudiantes, así como salarios para docentes. Algunos aún no tienen reconocido el título oficial.

10 de junio de 2020, CABA (Ansol).- La Coordinadora de Bachilleratos Populares en Lucha realizó ayer una clase abierta para reclamar el reconocimiento de las actividades que realizan en pos del derecho a la educación.

«En esta situación de pandemia y la dificultad que se nos presenta para realizar la educación a distancia, queremos contar que en nuestro caso, en la educación de adultos, todo se ve mucho más complicado. Se hace imposible por un montón de situaciones», explicó Laura Durbano, del bachillerato Galpón Popular.

«Tenemos tantos reclamos atrasados que ahora estamos con los más urgentes: la conectividad, los salarios, el reconocimiento de las aulas», contó.

Estas escuelas son respuestas a necesidades que se viven en barrios populares y villas de todo el país. «La educación de adultos siempre fue postergada por el Estado», declaró Durbano.

«Si bien año a año tenemos que reclamar por nuestros derechos, esta vez es mucho más compleja y urgente. Para que nuestros estudiantes puedan seguir, mínimamente, conectados, tenemos que hacer unos cuantos pedidos», adelantó Durbano.

«Necesitamos respuestas más que promesas para cumplir el derecho a la educación que a los adultos y las adultas hoy se les está negando», concluyó.

Juliana, del Sergio Karakachoff, en Floresta, explicó a ANSOL: «Nuestras tareas se duplicaron. Por un lado, debemos garantizar la continuidad pedagógica cuando muchos estudiantes no tienen conectividad o soportes: muchos acceden a wifi o a una computadora en nuestros bachilleratos. Al no poder estar presencialmente, eso no existe».

«Por otro lado, frente a la situación económica, es histórico que las escuelas sean los lugares que alojan a las problemáticas de hambre, por ejemplo. En los dos bachilleratos de la Organización Germán Abdala de la CTA-A, garantizamos ollas populares y bolsones de comida. Nuestra función se duplicó ahora», detalló. 

«La respuesta es el silencio»

«En la Ciudad de Buenos Aires tenemos un Ministerio de Educación que hace oídos sordos a cualquier reclamo del sector de jóvenes y adultos», denunció Santiago en la conferencia.

Así, ejemplificó: «Tanto a la ministra de Educación Soledad Acuña como al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, les hemos presentado tres cartas desde que inició el aislamiento».

Para Santiago, la entrega de las canastas alimentarias que realiza para el resto del sistema educativo es una necesidad acuciante. «Entregan a algunos CENS y a otros no. Desconocemos el por qué de esta discriminación que sufrimos los bachilleratos populares».

De 27 bachilleratos organizados en la Coordinadora, solo tres recibieron la canasta alimentaria. 24 no fueron tenidos en cuenta. Esto representa a dos mil estudiantes.

Karina, estudiante del bachillerato Darío y Maxi, del barrio porteño de Constitución, explicó: «Si tuvieramos una computadora o una tablet para poder estudiar, sería diferente. El celular colapsa con los materiales que hay que bajar».

«Recién ahora, después de dos o tres meses de ciclo lectivo habilitaron la inscripción a las becas para que nuestros estudiantes accedan a la ayuda económica», sumó Santiago.

Reconocimiento

Nueve escuelas de la Coordinadora de Bachilleratos Populares en Lucha no son reconocidas, por lo que no pueden siquiera entregar títulos oficiales.

La Ciudad de Buenos Aires tiene 100 mil estudiantes jóvenes y adultos. La oferta escolar es de 60 escuelas. «Es urgente el reconocimiento porque la demanda es cada vez mayor», explicó Santiago.

Siete escuelas sí entregan títulos, pero no tienen reconocida la Planta Orgánica Funcional, por lo que no cobran salarios.

José, de La Mansión Obrera, de Berisso, recordó que en Provincia, los Fines con oficios no tienen garantizada su continuidad, por lo que 150 docentes y más de mil estudiantes no están teniendo continuidad en su proceso educativo.

También esperan que el Estado garantice la infraestructura de las escuelas para que estudiar sea seguro.

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