A diez años de la recuperación, los trabajadores de la jabonera Cañada Rosquín continúan apostando al cooperativismo

(Ansol).- “Nuestro mayor aprendizaje es que con sacrificio, unión y esfuerzo se puede salir adelante. Nunca bajamos los brazos, que más allá de cada grupo humano, tenemos falencias y virtudes, pero con esfuerzo todos podemos alcanzar nuestros objetivos”, reflexionó la trabajadora de la cooperativa, Magdalena Cabrera.
En diálogo con Ansol, la asociada de la Cooperativa Jabonera Cañada Rosquín repasó la historia de la empresa recuperada que está ubicada sobre la Ruta Nacional Nº 34 que une el Litoral con el Noroeste Argentino y sus países limítrofes.
“En 2006 formamos la cooperativa para poder mantener nuestros puestos de trabajo, hubo ley de expropiación temporaria desde la provincia, hubo movilizaciones al juzgados, cortes de rutas. Culminamos en el 2012 de pagar la hipoteca y hasta este año no teníamos la titularidad sobre el inmueble y la maquinaria, y en marzo de este recibimos la escritura a nuestro nombre”, rememoró.
A diez años de la recuperación, el sábado pasado sus trabajadores, los presidentes del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) y de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (Fecootra), Marcelo Collomb y José Orbaiceta, respectivamente; entre otros invitados, celebraron un nuevo aniversario en el que, además de afirmar la convicción por la economía social y solidaria, se criticó a los intermediarios formadores de precios, apostando a los comercios locales y al contacto directo con el usuario.
La Cooperativa de Trabajo Jabonera Cañada Rosquín cuenta hoy con una planta de 45 trabajadores y elabora toda gama de productos de limpieza, con fuerte distribución en el norte y este argentino.
Dueños
“Logramos salir de la quiebra luego de diez años de compra de máquinas, compensaciones, compra de la hipoteca; y cuando terminamos todo, el juez ofició en favor de la cooperativa. Fueron diez años de mucha lucha, porque había muchos acreedores, la fábrica estaba muy obsoleta y hubo que remontarla”, señaló a esta agencia la asesora institucional y legal de la Jabonera Cañada Rosquín, Marcela Macellari, en marzo pasado cuando los asociados lograron sacar de la quiebra a la empresa santafesina y ya son dueños del inmueble y de la maquinaria.
Luego de un dictamen que les levantó la quiebra definitiva y les dio la propiedad sobre los bienes muebles e inmuebles, “los trabajadores son dueños y se les abre todo un nuevo marco de acceso a crédito, entre otros beneficios que antes no lo podían hacer”, agregó a Ansol la asesora legal.