unicred

40 abogados que resuelven problemas de la economía popular

La Asociación Civil Grupo de Litigio Estratégico, actúan en casos de incidencia colectiva. Apoyaron a los restaurantes recuperados La Robla y 1893 en articulación con la UTEP. Los movimientos populares hacen realidad una cobertura legal. 

13 de noviembre de 2020, CABA (Ansol).- “A nosotros el macrismo nos dio mucho trabajo”, ironizó Adrián Albor, parte del Grupo de Litigio Estratégico, en diálogo con ANSOL. Llevan adelante amparos de salud cuando obras sociales, medicinas prepagas, PAMI, IOMA niegan un medicamento, por ejemplo.

El GLE es una asociación civil conformada por 40 abogados, abogadas y estudiantes de abogacía que lleva diez años patrocinando casos de incidencia colectiva de manera gratuita, y este año obtuvo la personería jurídica. Su articulación con la UTEP le aporta a toda una masa de trabajadores de la economía popular una cobertura legal. 

Una de sus últimas grandes participaciones fue en el conflicto laboral por el cual los trabajadores de 1893 pudieron recuperar su empresa, pero ya habían participado en otros como La Robla.

Marcelo Treleani, compañero de Albor en GLE, agregó: “Nos convocó Nahuel Casademunt, de la UTEP, a quien conocemos por años de militancia en espacios comunes”.

Con la UTEP han trabajado muchos amparos de vivienda, represión en la protesta social y violencia institucional. “Cuando el empresario los acusó de usurpadores, los trabajadores tenían un policía en la puerta y una causa radicada en el fuero penal de la Ciudad”, explicó Treleani.

Albor completó: “La alternativa a esto era que los trabajadores, con una causa penal, siguieran amotinados en el local, esperando un juicio laboral que no iban a cobrar nunca. Los dueños del local, sin cobrar el alquiler. El empresario, sin vender mercadería y debiendo las indemnizaciones. Se desligó de las deudas y no tiene que ser un muerto civil, trabajando a escondidas. Los tres arruinados”.

“Cuando llegamos a un acuerdo con los empresarios y los dueños del local, se archivó. Se llegó a un acuerdo que fue beneficioso para todos: la cooperativa, empresarios y dueño”, sintetizó Treleani.

Las primeras recuperaciones

“Tuvimos que desarrollar capacidades respecto de conflictos laborales y conversión en cooperativa de lo que muchas veces es un puñado de trabajadores enojados porque les bajaron las persianas sin avisarles y sin pagarles indemnización”, contó Albor.

La Robla, el restaurante especializado en comidas españolas recuperado hace cuatro años, ayudó a GLE a profundizar su mirada sobre las empresas recuperadas.

“Donde fracasa el capitalismo de la relación de dependencia y triunfa la economía popular. Estas experiencias nos mostraron que tienen muchísimas ventajas sobre la relación de dependencia. En general, siempre se habla, para bajar los costos, de bajar la materia prima, los salarios de los trabajadores, pero nadie se preguntó si no se puede bajar el que se lleva la parte del león, que es el capital”, reflexionó Albor. 

“Cuando vimos que las experiencias de la economía popular triunfaba donde había fracasado el sistema laboral ortodoxo, nos dimos cuenta de que era una cuestión de prejuicios por conocer experiencias negativas”, concluyó Albor. “Tantas empresas recuperadas siguen funcionando luego de muchos años. El Estado eso lo tiene que fomentar como una de las principales políticas”.

«Como hacían Los Simuladores, tejemos redes de contactos para que nos llegue más gente de lugares donde más lo necesitan”, comparó el abogado, y explicó: “Muchos de los que vienen por casos de vacantes podrían pagar, pero igual no les cobramos, aunque a veces tienen que colaborar asesorándonos en aquello que puedan”. 

“En los casos de créditos UVA, nos apoyamos en economistas y especialistas en derecho bancario que habíamos patrocinado en amparos para obtener medicamentos que les negaba su obra social”, agregó Marcelo Treleani.

Como en la Ciudad de Buenos Aires, cada año faltan entre 9 mil y 20 mil vacantes en la escuela pública todos los años, también dedicaron un día por semana a trabajar gratuitamente en amparos. “Hacemos 500 amparos por año. No nos da el cuero para más”, contó Albor. También litigian en casos de gatillo fácil, tarifazos en los servicios públicos y respecto de créditos UVA.

Permitida su reproducción total y/o parcial, citando debidamente la fuente. 

sa